Llendo a una mikve
Muchas personas no han visto jamás una Mikve, y aún aquellos que sí la han visto, podría suceder que hayan pasado por alto muchos detalles…
Por lo tanto, puede ser útil hacer un cuadro imaginario de lo que es una típica Mikve.

Si uno observa más atentamente, se verá un pequeño hueco de dos o
tres pulgadas de diámetro (5 o 7,50 cm.) ubicado justo debajo de la
línea de flotación en una de las paredes de la piscina. Esta cavidad
puede parecer insignificante, pero, es lo que le brinda en realidad su
condición de Mikve.
Exactamente en el lado opuesto a esta cavidad, se observará una tapa removible sobre un ‘Bor’ u hoyo, que es la parte esencial de la Mikve. Este ‘Bor’ (hoyo) es por sí mismo una pequeña piscina la cual se llena de agua de lluvia
natural. Es imprescindible que el agua de lluvia entre al ‘Bor’ de una
manera natural.
Existen otros dos requisitos con respecto al ‘Bor’, al margen
del agua de lluvia natural:
Primero, debe contener por lo menos 40 ‘saah’. El ‘saah’ es una antigua medida Bíblica
equivalente aproximadamente a 5 galones (3,785litros = l galón) de modo
que la Mikve contiene aproximadamente 200 galones de agua de lluvia.
Segundo, el ‘Bor’ debe ser un hoyo que se construya
directamente en la base del piso. No puede ser un recipiente que se
pueda desconectar y transportar de un lado a otro como sucede con un
barril, un tanque o una bañera. No obstante, bajo ciertas condiciones,
se lo puede construir incorporándolo directamente al piso más alto de un
edificio.
El ‘Bor’ por sí mismo se puede usar como Mikve.
Pero, dado que resulta muy difícil el cambio de agua, se emplea más
frecuentemente como fuente que abastece a otra piscina conectada al
‘Bor’, brindándole de este modo la condición de Mikve.
Esta piscina más amplia se puede llenar convenientemente con el
suministro de agua corriente común, pudiéndose cambiar el agua cuantas
veces se desee. El único requisito es que debe estar conectada con el
agua del ‘Bor’ a través de un diámetro abierto de por lo menos 2
pulgadas. Conectando las dos piscinas y permitiendo que sus aguas se
fusionen, le brindamos al agua de la piscina más amplia el ‘status’
del agua que se encuentra en la piscina más pequeña. El proceso de
fusión de las aguas de las dos piscinas se conoce con el nombre de ‘Hashakah’. En un capítulo posterior nos extenderemos más ampliamente.
Ahora que tenemos cierta idea en cuanto a la apariencia física de la Mikve, podemos hacer una resumida mención de sus usos. La Ley judía exige la inmersión en la Mikve en tres situaciones básicas:
1. Después que una mujer ha tenido su período menstrual,
no puede intimar con su marido hasta que se produzca su inmersión en la
Mikve. Esto implica una ley Bíblica de primerísima importancia y
severidad.
2. La inmersión en una Mikve es una parte integral de la conversión al judaísmo. Sin la inmersión la conversión no es válida. Esto se le exige tanto al hombre como a la mujer.
3. Las ollas, platos y todos los utensilios de cocina, manufacturados por no judíos, deben ser también “convertidos” por
medio de la inmersión en una Mikve antes de ser usado en una mesa
judía. Esta es una ley especial independiente y no está relacionada
necesariamente con1 el kashrut.
Al margen de estas situaciones, existen otras en donde la costumbre
indica el uso de la Mikve. Por ejemplo, es una costumbre establecida el
sumergirse antes de Yom Kipur. Y esto, representa un
signo de pureza y de arrepentimiento. Muchos religisos se sumergen antes
de Shabat para sensibilizarse ante lo sagrado del día. En este contexto
general, la inmersión en una Mikve es un proceso de depuración y purificación espiritual.
Antiguamente, la Mikve poseía otra importante función en relación con los diversos tipos de ‘Tumá’ - impureza ritual.
Extraído de Aguas del Eden de Aryeh Kaplan
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