La Mujer y el Santuario
El propósito de la creación es que la presencia de Di-s se revele en
este mundo. La primera expresión de esto fue en el Jardín del Edén, como
se nos cuenta al principio de la Torá. Adán y Eva moraban en el jardín,
y con ellos estaba la Presencia Divina. Sin embargo el mundo todavía no
estaba preparado para esto.
Como sabemos, Adán y Eva pecaron al comer del Árbol del Conocimiento,
y en consecuencia la presencia de Di-s se ocultó.
Más pecados en las
siguientes generaciones, tales como el asesinato de Abel por parte de
Caín, provocaron que la Presencia Divina se ocultara aun más. Sin
embargo, con Abraham comenzó el proceso de traer la Presencia Divina de
regreso al mundo. Esto fue continuado por Isaac, Jacob y las
generaciones siguientes.
En la séptima generación después de Abraham vino Moisés. Los Sabios
nos dicen que el "séptimo" tiene una probabilidad particular de éxito.
Esto se confirma por los logros de Moisés. Siguiendo las instrucciones
de Di-s. Guió al pueblo judío en la construcción del Santuario donde la
Presencia de lo Divino fue revelada, en el Santo de los Santos. Esta fue
la primera etapa del cumplimiento del propósito de la Creación. Las
etapas posteriores serían el Primer, Segundo y finalmente, el Tercer
Templo en Jerusalén.
El hecho de que la presencia de lo Divino morara en el Santo de los
Santos no fue algo separado de las vidas del pueblo judío. Nuestra
Parashá nos dice: "Ellos construirán para Mí un Santuario, y Yo moraré
en ellos" (Éxodo 25:8). Los Sabios nos dicen que esto significa: "Dentro
de cada individuo". A través de la construcción del Santuario, Di-s
mora en el corazón de cada persona.
El Lubavitcher Rebe señaló que las mujeres tuvieron una parte
particularmente significativa en la construcción del Santuario. Las
mujeres eran más entusiastas que los hombres para traer las donaciones
de oro, plata, cobre, lana teñida, lino, piedras preciosas y otras cosas
que se necesitaban. Usaron su arte en diversas tareas de tejido.
Además, a diferencia de los hombres, las mujeres se rehusaron
completamente a tener participación en la hechura del Becerro de Oro. El
hacer este ídolo y la repugnante forma en que fue adorado era lo
opuesto de todo lo expresado por el Santuario y la presencia de lo
Divino.
En nuestra época la mujer también tiene el papel conductor en crear
otra case de Santuario: el hogar judío. Aquí también mora la presencia
de Di-s. Las enseñanzas de la Torá muestran la forma en que lo Divino
puede estar presente en cada detalle de la vida humana, desde lo más
público hasta lo más íntimo.
Este poder espiritual de las mujeres puede relacionarse con la idea
cabalística de que la mujer tiene una afinidad con el séptimo atributo
Divino, Reinado, que significa finalización, logro y cumplimiento en el
mundo real. Puesto en términos más directos, como es expresado por el
Rebe, hay una sensibilidad dada por Di-s en la mujer que reconoce lo
positivo y lo santo que uno debe esforzarse por sostener; y esta
cualidad especial también detecta lo que no es santo y debe ser evitado.
Por supuesto que esta sensibilidad debe ser nutrida; a través del
estudio personal de la Torá y la observancia práctica de las mitzvot. A
través de esto la mujer y el hombre juntos, con sus familias, revelarán
la presencia de lo Divino en sus propios hogares, en sus alrededores y
finalmente en una forma global. Habrá un Tercer Templo en Jerusalén y la
paz morará en los corazones de toda la humanidad.
Por Tali Loewenthal
Tomado de http://www.es.chabad.org
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